domingo, 11 de noviembre de 2007

Diapos de L´américa (que los nonnos vinieron a hacer)

El imán de la Virgencita de Luján, para que nos cuide de los accidentes, y la cintita roja en el escape, porque siempre hay gente envidiosa, y no hay que tentar al diablo. El parabrisas radiante del principio, que empieza a lloverse de bichos con mala suerte. Ya estamos en la ruta, y hasta ahora, los únicos piquetes parecen ser las casillas de peaje. Kilómetros y kilómetros de alambrado: patria de dueños. En la banquina de las rutas privatizadas, el pueblo saqueado. Paremos a almorzar. ¿Menú ejecutivo o plato del día? Asado for export versus caracú en olla popular. El mate, todavía, parece ser de todos. Sigamos. Vías muertas abandonadas a la intemperie. Caseríos de atraso, abandonados a su suerte. Menos mal, no tenemos que ver todo esto. Los micros vip tienen tele y aire acondicionado, no hace falta la ventanilla. Mejor todavía es viajar de noche, así ganamos tiempo. ¡Rentabilidad, señor jefe de gobierno! Clausure cultura y arregle los baches, así los pasajeros siguen durmiendo sin sobresaltos. ¿Dónde guardé el taper de milanesas que preparó la nonna para el viaje? Uy, ¡la nonna! ¿Adónde la dejé?

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