viernes, 22 de febrero de 2008

No podría haberlo dicho mejor...

Este es de Julio Cortázar, y se llama Happy new year

"Mira, no pido mucho,
solamente tu mano, tenerla
como un sapito que duerme así contento.
Necesito esa puerta que me dabas
para entrar a tu mundo, ese trocito
de azúcar verde, de redondo alegre.
¿No me prestas tu mano esta noche
de fin de año, de lechuzas roncas?
No puedes, por razones técnicas. Entonces
la tramo en aire, urdiendo cada dedo,
el durazno sedoso de la palma
y el dorso, ese país de azules árboles.
Así la tomo y la sostengo, como
si de ello dependiera
muchísimo del mundo,
la sucesión de las cuatro estaciones,
el canto de los gallos, el amor de los hombres."

Sólo eso pido.

martes, 19 de febrero de 2008

Monstruos rabiosos en la ciudad

Hay monstruos rabiosos en la ciudad. Son muchos, se pintan de colores de carnaval, y todos tienen su número de catálogo, aunque andan sueltos. Nos comen y nos vomitan a diario. Nos dejan sordos, asfixiados, confundidos. Creo que trabajan para el gobierno. En todo caso, colaboran con su causa. Son fieles herramientas para fomentar nuestra ansiedad, nuestro estrés y nuestro aislamiento. Gimen como dinosaurios prehistóricos, y lanzan el humo de dragones extinguidos. Nos atrofian las piernas, nos sarandeaan como un cóctel. Los monstruos furiosos andan las distancias de la ciudad gigante. Estoy segura: trabajan para la reina. Nos comen y nos devuelven, bien confundidos.

Amanece

La luz del día amenaza de la peor manera: tranquila, sutil. Y el rumor de la noche eterna se rompe en amarga mañana que, sin remordimientos, marca el final de nuestro abrazo. Intento aferrarme, mientras aparece con fuerza el primer desgarro, y una lágrima tibia se desliza entre tus sábanas. Y luego otra. Y otra. Intento detenerlo, pero el llanto es mudo e inevitable. Entonces tu voz intenta un consuelo, pero el momento está muriendo ya, y el vaho oscuro de la despedida invade lo que queda de aire, llevándoselo todo.