miércoles, 14 de noviembre de 2007

Eolo

Aire muerto toma impulso y se transforma. Se vuelve Brisa, aumenta su calor. Toma conciencia de sus nuevas posibilidades y, divertida, empieza a probar. Nota que ya no puede detenerse. Y Brisa se apura y empieza a llamarse Viento. Viento empieza a correr, más y más fuerte, primero de a poco, luego más bruscamente. Se asusta de lo que es capaz. Quizás -piensa- nunca hubiera debido dejar de ser Aire. Y el pensamiento le da cada vez más miedo, y le duele. Entonces se vuelve Tormenta y hace llover y llama a Relámpagos para que la acompañen en su ira y no la dejen a la deriva con su dolor. Tormenta se hizo larga. Pero logró calmarse. Nuevamente Brisa, esta vez nocturna y de verano. Aunque no olvida que puede volverse Viento frío y castigador, o Viento de lluvia, cargado de humedad y fuerza. Puede incluso penetrar el recoveco más entreverado, adoptando las formas más diferentes. Su energía está en el movimiento. Quizás sea por algo de esto que uno se siente tan vivo, cuando está de cara al viento.

Imágen extraída de http://www.liosottile.it/vista.html

1 comentario:

Guillermo Imsteyf dijo...

Hola Betiana. Un buen tiempo atrás me topé con tu bello "Eolo". Ni siquiera recuerdo cómo llegué hasta aquí, pero seguramente navegando a la deriva por las aguas de la red.
"Eolo" se quedó a viajar entre mis sienes y siempre lo recuerdo.
Hoy hago una especie de programa de radio (una cuestión de catarsis, sin otro interés en particular) que se llama "[Segismundo dixit.]" (+ info acá: www.segismundodixit.blogspot.com)
En el programa 7 decidí leer "Eolo". Me pareció justo contarte y por ello te escribo y te invito a escucharlo. Sé que es lindo saber que las palabras que uno ordena, repercuten en otras cavidades.
Gracias por haberlo escrito y lanzado a las aguas de la red.
Guillermo.